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10 controles sobre la información financiera de tu empresa

Cualquier financiador que preste dinero a tu empresa tratará de asegurarse de recuperarlo llegado su vencimiento. Para ello analizará distintos datos, entre los que destacan los que forman parte de la información económica y financiera, fundamentalmente los que se recogen en los dos documentos contables básicos: balance general y estado de resultados. Como bien sabes, estos documentos se generan en base a la contabilidad, que no es una ciencia exacta y que está sujeta a criterios de interpretación, lo cual no significa que deban estar mal hechos o falseados. Pues bien, las entidades que conceden créditos financieros a menudo tratan de verificar que los datos contables de las empresas que financian no contienen errores que lleven a dudar sobre su veracidad, para lo cual se sirven de una serie de controles entre los que habitualmente encontrarás los diez siguientes:

  1. Que el resultado del ejercicio que se refleja el balance de la empresa coincide con el que arroja la cuenta de pérdidas y ganancias correspondiente. La verdad es que este control parece un poco simple, pero a lo largo de mi experiencia he encontrado más de un caso en el que estos dos datos no coincidían. Ni que decir tiene que si este examen básico no se supera, el financiador desconfiará del resto de información que se le presente.
  2. Que el capital social se haya suscrito y desembolsado en las condiciones exigidas legalmente, en función de la fórmula jurídica elegida para la empresa sociedad anónima.
  3. Que la cuantía y evolución de las reservas, es decir, de aquellos beneficios generados que no han sido objeto de reparto, se corresponden con las dotaciones a lo largo del tiempo, respetando los mínimos legales establecidos (reserva legal) y las disposiciones de los estatutos (reservas estatutarias).
  4. Que los inventarios (bienes que se poseen con el fin de ser incorporados al proceso productivo o ser vendidos en el curso normal de explotación) iniciales de un ejercicio se corresponden con las finales del anterior, y su evolución se relaciona con la que sigue la actividad. Evidentemente es un control que tiene sentido, sobre todo para las empresas que producen y comercializan bienes, para las que se tratará de comprobar que no sobrevaloran sus inventarios.
  5. Que las dotaciones a las amortizaciones (importes correspondientes a la pérdida de valor sufrida por los activos a largo plazo de la empresa) y provisiones (importes estimados de obligaciones futuras de la empresa de las que se desconoce su cuantía exacta o vencimiento), así como su evolución son adecuadas en cada ejercicio y con respecto a los elementos sobre los que se dotan. Se buscará ver si la empresa “maquilla” sus cuentas mediante la dotación de unas amortizaciones o provisiones determinadas.
  6. Que las variaciones de los activos destinados a servir de forma duradera en las actividades de la empresa, es decir, de los elementos de su inmovilizado (altas, bajas, regularizaciones) son explicadas claramente, comprobándose que dichos activos no se encuentran sobrevalorados.
  7. Que los plazos medios de cobro y pago de la empresa son los habituales para el sector en el que compite.
  8. Que la evolución que siguen los pagos realizados a la Seguridad Social (cuotas a cargo de la empresa) se corresponde con la de los gastos de personal reflejados en la cuenta de pérdidas y ganancias.
  9. Que la evolución de los gastos financieros sigue la del volumen de endeudamiento de la empresa.
  10. Que la evolución del IVA son coherentes con la de la actividad de la empresa y la estacionalidad, en su caso, del producto o servicio comercializado.

Al respecto de estos controles y en la medida que puedas acompañar tus balances y cuentas de pérdidas y ganancias de anexos y notas aclaratorias de las principales magnitudes y ajustes, posiblemente conseguirás transmitir imagen de coherencia ante el financiador, así como evitar “interrogatorios” incómodos por su parte. No se trata de proporcionar información irrelevante, sino de demostrar que conoces y controlas la evolución de la propia actividad ante la entidad a la cual solicitas financiación.

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